septiembre 04, 2012

Hidrografía

Mis manos siguen el cauce de tu espalda
 y se pierden en el infinito de tu mar.

Tu boca es un afluente de alegría perpetua,
néctar dulce y cálido.

La melodía de tu voz es el eco
de mis días felices.

Me gustan tus ojos que inundan,
tu risa que refresca
y tus manos que me erizan.

Mi calma está contigo,
meciéndome entre tus aguas
encuentro sosiego.


ccpdi  04/09/12