Al maestro Federico García Lorca
Cuando te encuentres en Granada
o hagas poesía en Nueva York
recuerda a aquel que murió
sin saber si su flor se marchitó.
Si la luna grande te pilla en Granada,
ve a la tumba y échate a llorar.
A llorar hasta el Pequeño poema infinito en sollozos
terminar de recitar.
Y si la luna, luna miras
en la Granada de Lorca
bajo el olivo de púrpura manchado,
a la luna, luna pide, del Maleficio de la mariposa te libre.